Proliferan los vídeos y exposiciones referentes a la “zona
de comodidad” o “zona confort” en los diferentes buscadores y bibliografía sobre
el coaching y las Teorías del Liderazgo. Sin duda es una interesante y
clarificadora forma de explicar por qué algunas personas alcanzan el éxito
personal, social o laboral y otras no, o por qué algunos crecen y evolucionan mientras
otros permanecen igual, en el mismo sitio y con la misma actitud año tras año.
Si imaginamos una rosquilla, llamaríamos zona de comodidad a
la parte central, el círculo de dentro. En esta zona es donde vivimos y nos
sentimos seguros, “cómodos” con lo que nos rodea, limitados por nuestra propia
experiencia en cada una de sus áreas (personal, de pareja, social, laboral,...). Se encuentra en su zona de comodidad quien se relaciona con las
mismas personas, tiene una pareja con la que no está ajustado, tiene un trabajo
desde hace tiempo que no le llena, va a los mismos lugares y hace las mismas cosas mes tras mes
sin pretender cambiar nada a pesar de no sentirse pleno consigo mismo o con lo
que le rodea.
En la zona exterior de la rosquilla se encuentra el crecimiento,
el éxito y la auto-realización; si bien entre ambas, entre la zona de comodidad
y el crecimiento, encontramos un
cinturón o espacio que las separa. Recibe un nombre distinto según quien la
nombre. Para algunos es la zona de aprendizaje y para otros la zona de pánico,
a pesar de ser el mismo sitio. Incluso hay gente que lo considera zona de
aprendizaje que limita con la zona de pánico. Da igual cómo lo llamemos.
¿Qué encontramos allí dentro?
¿Qué encontramos allí dentro?
En esta zona intermedia entre la de confort y el crecimiento
hay nuevas experiencias, inquietud, temor al cambio, nuevos compromisos, temor a perder, riesgo,
oportunidades, excitación, decisiones, incertidumbre, INCOMODIDAD, emociones
ambivalentes, cambio, fluidez,… todo aquello que si afrontamos nos lleva al
crecimiento.
Puntualmente salimos de la zona de comodidad
hacia la zona de dicha INCOMODIDAD y volvemos a nuestra zona de confort
haciendo que ésta útlima se extienda un poco más (viajes, conocer nuevas culturas,
relación con personas muy distintas a nosotros y nuestro entorno…); en otras
ocasiones avanzamos más y rozamos el límite de la zona de crecimiento pero por temor a no conseguir lo que deseamos o a creer que perderemos lo que tenemos
regresamos a nuestra vida habitual y cómoda.
A veces, personas cercanas que consideran lo novedoso o la incomodidad de la que hablo una ZONA DE PÁNICO, desde el desconocimiento más absoluto, nos animan a "NO AVANZAR" y a valorar únicamente lo que tenemos actuando como freno frente a lo que querríamos conseguir (¿y si no sale bien?, ¿y si te pasa "algo"?,¿y si...? )
A veces, personas cercanas que consideran lo novedoso o la incomodidad de la que hablo una ZONA DE PÁNICO, desde el desconocimiento más absoluto, nos animan a "NO AVANZAR" y a valorar únicamente lo que tenemos actuando como freno frente a lo que querríamos conseguir (¿y si no sale bien?, ¿y si te pasa "algo"?,¿y si...? )
¿Por qué no avanzo?, ¿dónde quedaron mis sueños?, algo en mí ha cambiado, ¿qué he
conseguido y qué me falta por conquistar?, ya nada es igual, ¿qué me impide dar éste paso?, ¿qué
quiero?, ¿cómo me siento?, ¿cómo he llegado hasta aquí?, ya no me siento bien con lo que hago, ya no me siento VIVO…
QUIEN NO SE MUEVE DE SU ZONA DE COMODIDAD HA DEJADO DE
CRECER, hace lo mismo día tras día y se encuentra en un estado mental conformista
considerando que las cosas excitantes y maravillosas sólo les pasan a los demás
ya que ellos tienen una gran mala suerte.
Algunas personas se mueven como pez en el agua entre las diferentes zonas y han aprendido a reinventarse en los momentos de crisis y confusión, e incluso muchas de ellas tienden a la búsqueda de nuevas experiencias sin vivenciarlas como algo crítico.
Sin duda, no nos han enseñado a normalizar la incertidumbre y gestionar eficazmente la incomodidad y el esfuerzo. Tenemos que aprender a sentir excitación ante el cambio y reajustar nuestras expectativas constantemente. Sentir incomodidad supone crecer, desarrollar nuestras capacidades y aprender a superar los obstáculos dirigiéndonos hacia donde nos sentimos más auténticos.
Sin duda, no nos han enseñado a normalizar la incertidumbre y gestionar eficazmente la incomodidad y el esfuerzo. Tenemos que aprender a sentir excitación ante el cambio y reajustar nuestras expectativas constantemente. Sentir incomodidad supone crecer, desarrollar nuestras capacidades y aprender a superar los obstáculos dirigiéndonos hacia donde nos sentimos más auténticos.
Los sueños pueden alcanzarse… quien diga lo contrario está en
la zona de comodidad.
Hoy empieza un nuevo reto personal y profesional.
Bienvenidos
Susana Tárrega Verdú
Susana Tárrega Verdú
Creo que es muy interesante lo que nos explicas! Nos sirve para darnos un poquito que pensar. El día a día puede llegar a comerse lo que queremos, dejánonos sin tiempo para salir a buscarlo. Muchas gracias por el post!
ResponderEliminarGracias a tí Monica!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el artículo. A veces viene bien conocer cómo funcionamos para mejorar.
ResponderEliminarMarcos
Gracias por el comentario Marcos. Coincido contigo en que un buen principio para cambiar y mejorar es conocer cómo funcionamos.
EliminarMe ha encantado, creo que sino intentamos salir de esa zona de comodidad, nos vamos a perder muchos momentos y personas importantes.
ResponderEliminarEspero que puedas alcanzar tus sueños.
Gracias por tu aportación Cristina.
EliminarTambién yo espero que puedas alcanzar tus sueños. ¡A por ellos!
Hola Susana!
ResponderEliminarTe felicito por el post, se palpa la calidad de tus ideas. Muy bien explicado, de manera clara y con ese punto que invita al lector a reflexionar sobre el tema. Muy útil también el gráfico.
Espero poder continuar aprendiendo con los temas que compartas.
Ánimo!
¡Muchas gracias por tu comentario y por los ánimos que me transmites!
ResponderEliminarEspero que el próximo lo disfrutes también