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jueves, 12 de febrero de 2015

De la empatía del profesional a la traumatización vicaria


¿Alguna vez tus emociones se han llegado a "mimetizar" tanto con las del otro que has llegado a creer sentir casi lo mismo que él siente?, ¿te ha costado "desconectar" tras el impacto de conocer la dura historia de otra persona?, ¿tiendes a "ponerte en la piel" del otro?, ¿te olvidas un poco de ti mismo cuando conectas con el sufrimiento de los demás?,...


La empatía es la capacidad de ponerse en el lugar del otro, que implica colocarse sus zapatos y sintonizar con “su mundo” tal y como él lo vivencia. Por tanto, es empático aquel que llega a abstraerse parcialmente de sí mismo y focaliza en cómo el otro percibe, piensa, siente y actúa, tomando como referencia su posición, sus circunstancias, sus características personales o sus limitacionesEsta consciencia del otro requiere que se acompañe en todo momento de una conciencia sostenida de que precisamente es una vivencia del otro y no nuestra. Ni más ni menos se trata de no olvidar que es la realidad del otro, son sus sentimientos y sus emociones y no los nuestros.  Esta segunda parte es la clave para que la persona empática  se gestione emocionalmente de forma adecuada, si bien en múltiples ocasiones no se toma en consideración en la práctica.


                                                                                                      FOTO: http://edukame.com/los-limites-de-la-empatia

Lo cierto es, que podemos encontrar casos de personas altamente sensibles que poniéndose en la piel del otro llegan a confundir sus propias emociones con las de la otra persona, o incluso casos en los que se desarrolla una implicación desproporcionada y poco saludable en la existencia del otro que llega a difuminar los límites de la vida propia y la de éste, llegando a relegarse  uno mismo a la vida de los demás de forma sistemática. Éste es, entre otros, uno de los factores facilitadores de una relación dependiente, en la que una persona llega a percibir, pensar, sentir o actuar en base a los criterios del otro y no a los propios. 
Enfocarse en el otro, tomando sus metas u objetivos como propios o percibir su dolor, su angustia o su tristeza como si fuera nuestra puede suponer perdernos de algún modo a nosotros mismos o perder la conciencia de ser ajeno al otro. Es más, interfiere enormemente en el apoyo saludable y eficaz que podemos prestar como agentes externos a él, con una mirada distinta desempañada de emociones intensas.

Los clínicos, terapeutas o  profesionales que estamos en contacto directo y regular a nivel profesional con víctimas de violencia o personas que atraviesan etapas de reestructuración vital marcadas por sucesos traumáticos debemos trabajar sistemáticamente el propio equilibrio emocional y a nivel preventivo poner en marcha estrategias de autocuidado para evitar la traumatización vicaria (término acuñado por McCann and Pearlman en 1990), la cual deriva del impacto emocional acumulativo y de las secuelas psicológicas de enfrentarnos a los hechos o experiencias traumáticas de los pacientes, tal y como argumenta Enrique Echeburúa. 

Escuchar día a día como otras personas han sido objeto de graves vejaciones o humillaciones, cómo se han vulnerado sus derechos, han sentido amenazada su propia integridad física o han sido agredidas, y acompañarlas en su proceso de recuperación empatizando con sus emociones forma parte de lo esperable y deseable en el caso de determinados profesionales y es ingrediente indispensable para que la intervención de estos sea satisfactoria. Ahora bien, el impacto que tiene la exposición para el profesional debe ser compensado por el cuidado del equipo de trabajo al que pertenezca y el autocuidado de éste en el día a día.

                                                                                             FOTO: http://blog.psicoactiva.com/de-mayor-quiero-ser-psicologo/


Los autores Saavkvite y Pearlman (1996) consideran que “la traumatización vicaria es el resultado de tratar de una forma empática y comprometida a víctimas de traumas durante un período prolongado”. Estos mismos autores expusieron los signos y síntomas de la traumatización vicaria y como inicialmente se instalan de forma progesiva y difusa sin que el terapeuta en principio se de cuenta de ello o bien como poco a poco va presentando dificultades para desconectar del trabajo o para divertirse como antes. Enrique Echeburúa  diferencia los indicadores de la traumatización vicaria diferenciando los  cambios físicos y psíquicos (agotamiento, pesadillas, desmotivación, molestias gastrointestinales,…), los personales (tristeza, escepticismo hacia el futuro, sentimiento de culpa por llevar una vida frívola, dificultades para establecer límites entre la vida personal o y la profesional,…) o los cambios sociales  (sensación de incompresión por parte de los demás, irritabilidad, dificultad para sentir emociones,…).


                                             FOTO: http://centroalhalmbra.com/terapias/gestion-del-estres-y-calidad-de-vida/

Por otro lado, Charles Figley considera que la capacidad de compasión y la empatía están en el centro mismo de la capacidad del terapeuta para realizar su trabajo, y al mismo tiempo en la posibilidad de llegar a "ser lastimados por el trabajo". 
El mismo autor en 1995 fue quien acuñó el término de Compassion Fatigue que se tradujo como "Desgaste por empatía", para referirse a la misma traumatización vicaria o estrés traumático secundario.

Es, por todo lo expuesto, fundamental para prevenir el desbordamiento por impacto emocional en  los profesionales y equipos de trabajo que reúnen las características mencionadas anteriormente, que estos se conciencien de la importancia de identificar las fuentes de tensión, reconozcan los límites, los estados críticos, indicadores de alarma, las vulnerabilidades y las fortalezas (individuales y grupales), e introduzcan y potencien el desarrollo de habilidades y estrategias elementales que faciliten la gestión emocional día a día.




Fuentes consultadas:

Echeburúa, E. (2009). Superar un trauma. El tratamiento de las víctimas de sucesos violentos. Madrid: Pirámide.









viernes, 31 de octubre de 2014

La insuficiencia del abordaje actual en Violencia de Género.


¿Qué más podemos hacer?, ¿son todas las medidas adoptadas de efectividad a largo plazo?, ¿las intervenciones actuales pueden mejorar?, ¿dónde se encuentran las mayores dificultades los técnicos que actúan de manera directa con esta problemática?, ¿qué necesidades siguen sin cubrirse?,¿cómo se aborda desde otros países?, ¿por qué siguen manteniéndose las cifras?…


Considerar la Violencia de Género como un problema social es relativamente reciente, tal y como señala Gracia en 2002. Lo cierto es que tras iniciarse el interés científico por este fenómeno tuvieron que pasar más de 20 años para que las organizaciones internacionales y algunos gobiernos lo consideraran un problema de salud pública y un verdadero abuso de los derechos humanos (American Medical Association 1994; Consejo Europeo 2002; OMS 2002, Lila 2010).

En 1995 la ONU plantea como objetivo prioritario la lucha contra la Violencia dirigida a las mujeres y en 1998 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declara la violencia doméstica prioridad internacional para los servicios de salud. Ese mismo año, en 1998, España elabora el primer “Plan de acción contra la Violencia Doméstica” en el que considera la violencia doméstica como un problema de estado (Fernández et al., 2003) y algunos recursos públicos especializados en evaluación e intervención comienzan a abrir sus puertas.

En la actualidad contamos con medidas institucionales y profesionales, sociales, políticas, judiciales o policiales con el único fin de erradicar este tipo de violencia.

Lo cierto es que nos encontramos frente a una problemática de dimensión global que a pesar de las diversas medidas que se implementan mantiene una elevada incidencia, incluso en contra de lo que esperamos y deseamos en las generaciones más jóvenes. Éste es sin duda uno de los debates de primer orden planteado en los círculos profesionales y sociales hoy en día.

He tenido la oportunidad de conocer grandísimos profesionales implicados en combatir esta lacra desde diferentes frentes, siendo sus aportaciones, ilusiones y esperanzas de cambio fundamentales para alcanzar logros diarios. Pero no es suficiente, las cifras lamentablemente lo delatan y quienes trabajamos diariamente en esta área lo sabemos.

El abordaje actual cuenta con planes de prevención comunitarios y escolares, protocolos sanitarios que se activan ante una posible sospecha o certeza de que hay una situación de violencia de género, cuerpos y fuerzas de seguridad especializados que pueden actuar de oficio o que velan por la seguridad y protección de las víctimas, dispositivos electrónicos de protección, oficinas de asistencia a las víctimas, juzgados y fiscales especializados, juicios rápidos, centros de evaluación e intervención de urgencia, teléfonos de asistencia y asesoramiento, programas de intervención con hombres penados en centros penitenciarios (en España activos desde el año 2001), aquellos desarrollados como medidas penales alternativas a la prisión (para el supuesto de suspensión y el de sustitución de la pena privativa de libertad) o los del acceso voluntario y desarrollados en el contexto comunitario (en España ofrecidos por ONGs, Ayuntamientos o Comunidades Autónomas), prestaciones económicas específicas o red de centros de acogida de urgencia, entre muchos otros que amplían este breve enumeración.

Una vez más, NO ES SUFICIENTE. Así es.

En la medida en que estamos ante un problema social que produce un desajuste global del sistema personal, familiar y social se precisa de una respuesta a la problemática integral y técnicamente interdisciplinar que implica a una gran diversidad de organismos e instituciones y servicios.  

Se ha avanzado mucho en relativamente poco tiempo en este sentido si bien, desde mi punto de vista, valoro la necesidad de perfeccionar y dotar de los medios y recursos suficientes a cada uno de estos agentes de cambio que intervienen directamente con esta problemática. De este modo lo que ya se hace se podría hacer mucho mejor.

En segundo lugar, creo que es primordial revisar la burocracia actual vinculada a esta problemática con el fin de optimizar los procesos, reducir los tiempos y no duplicar o triplicar documentos con los mismos datos. Reducir la burocracia a lo estrictamente esencial supone ganar tiempo y esfuerzo que puede dedicarse a lo verdaderamente relevante.

En tercer lugar, considero que es fundamental articular una coordinación, entre todos los agentes que intervienen, real y mucho más efectiva que trascienda con creces las  comisiones puntuales, los intercambios de experiencias o los convenios de colaboración. A la vista está que no basta con las coordinaciones/comunicaciones existentes entre los diferentes agentes de cambio para que el engranaje funcione de forma efectiva tal y como potencialmente podría hacerlo. Cada uno aislada o estancadamente conoce una parcialidad del problema.
Sería conveniente que los diferentes organismos implicados, las propias consejerías (fundamentalmente sanidad, educación, justicia y bienestar social), ministerios, gobierno central o equipos de investigación trabajaran coordinadamente de forma fluida y rápida de tal modo que aumentara su capacidad de respuesta y se agilizaran los procedimientos  e intervenciones. Sin ninguna duda una pobre coordinación entre los existentes recursos implica pérdida de oportunidades de actuación o incluso pérdida de información determinante y clave para la adecuada resolución de algunos casos.
Considero fundamental pasar de la eminente verticalidad de los organismos y servicios donde la información trasciende entre elementos jerárquicos ascendentes o descendentes a una articulación más dinámica entre los diferentes recursos que intervienen, complementaria a la anterior, que permitiera una mayor flexibilidad y un acceso a la información más rápido.




¿Podría un organismo disponer de la información que otro organismo tiene para realizar una valoración de riesgo más completa (policía, unidades de valoración de víctimas,…)?, ¿podría bienestar social a través de programas de prevención acceder directamente a aquellos casos en los que educación detecta sistema de creencias y valores especialmente vulnerable?, ¿podría un equipo de investigación, de una universidad por ejemplo, acceder a la base de datos de un organismo público o disponer de una fuente activa de un servicio para realizar investigaciones con el fin de optimizar las intervenciones?, ¿podría un juzgado especializado en violencia de género considerar de forma excepcional el estado de la intervención terapéutica o del proceso de recuperación de una víctima para agilizar el proceso y evitar la re-victimización?,…

                                                     


                                                                                       FOTOS:http://culturadelalegalidad.org.mx/blog/educacion-social-y-educador-social/

Y en cuarto y último lugar, si estamos ante un problema social, que anteriormente se consideraba un problema privado, quizás concienciar a la familia y comunidad de la responsabilidad que tienen es una de las asignaturas pendientes que tenemos, ya que focalizando únicamente en la atención e intervención de la víctima (lógicamente absolutamente primordial) sin considerar la relevancia que tiene su entorno inmediato, o la intervención con el agresor, supone una intervención incompleta.



Lo cierto es que se hace mucho pero hay que hacer más y hacerlo mejor. Un análisis completo del abordaje actual (qué hacemos desde cada recurso, cómo lo hacemos y muy especialmente qué resultados obtenemos/índice de calidad) permitiría tomar conciencia de las duplicidades de servicios y de las lagunas que sin duda hay, así como sacar un mayor rendimiento del engranaje con el que contamos. Aprovechemos la voz y el buen hacer de los profesionales que día a día siguen plantando cara a esta barbarie, desde sus áreas de especialidad y a pie de campo, ya que seguramente son quienes primero detectan las insuficiencias del abordaje actual en su parcela profesional y a su vez quienes pueden ofrecer las propuestas más interesantes. Puede que escucharles sea la clave.




Bibliografía consultada:

-Echeburúa, E. y Corral, P. (1998). Manual de violencia familiar. Madrid: Siglo XXI
-Geldschläger, H., Beckmann, S., Jungnitz, L., Puchert, R., Stabingis, A. J., Dully, C., …
Schweier, S. (2010). Programas europeos de intervención para hombres que ejercen
violencia de género: panorámica y criterios de calidad. Intervención Psicosocial, 19,
181-190.
-Lila, M. (2009). Intervención con hombres penados por violencia contra la mujer: el
Programa Contexto. En F. Fariña, R. Arce y G. Buela-Casal (Eds.), Violencia de género.
Tratado psicológico y legal (pp. 210-220). Madrid: Biblioteca Nueva
-Lila, M., García, A. y Lorenzo, M. V. (2010). Manual de intervención con maltratadores.
Valencia: Servicio de Publicaciones de la Universidad


lunes, 7 de abril de 2014

NO ES NO: La importancia de las medidas de prevención contra la VIOLENCIA SEXUAL.


¿Se puede evitar ser víctima de una violación o de una agresión sexual?, ¿qué supone un trauma?, ¿por qué a mí?, ¿qué puedo hacer?, ¿podré salir?, me cuesta creer que me haya pasado, tengo miedo, ¿dónde puedo ir?, ¿qué opciones hay?, ¿volveré a sentirme bien?, ¿no sé cómo me ha podido pasar?



Art. 178 del Código Penal. El que atentare contra la libertad sexual de otra persona, con violencia o intimidación, será castigado como responsable de agresión sexual.

Art. 179 del Código Penal. Cuando la agresión sexual consista en acceso carnal por vía vaginal, anal o bucal, o introducción de objetos por alguna de las dos primeras vías, el responsable será castigado, como reo de violación.

El Art. 180, y el 183 del Código Penal para el caso de los menores víctimas de dichos delitos,  recogen los agravantes o circunstancias que pueden concurrir en la comisión del delito que incrementan  la responsabilidad penal.  Algunos agravantes son que la violencia o intimidación ejercida revista un carácter particularmente degradante o vejatorio, que los hechos se cometan por la actuación conjunta de dos o más personas o cuando, para la ejecución del delito, el responsable se haya prevalido de una relación de superioridad o parentesco, por ser ascendiente, descendiente o hermano, por naturaleza o adopción, o afines, con la víctima.


La criminalidad en España experimentó un descenso general de un 4,3% en 2013 en comparación con el año anterior, pero se registró un aumento de violaciones y de asesinatos de mujeres a manos de sus parejas, según el balance de delitos y faltas (Balance de criminalidad España 2013). A lo largo del año pasado se registraron en España un total de 1.298 "agresiones sexuales con penetración" lo que supone un incremento del 1,4% con respecto a 2012.





Lo cierto es que en ocasiones las medidas de seguridad y protección establecidas o el control informal comunitario y familiar no son suficiente para evitar la comisión de delitos. La realidad es que en la práctica no todos los ciudadanos manejamos los mismos conceptos de respeto, dignidad o derechos, ni aspiramos a los mismos ideales de justicia y humanidad.

En el seno de una sociedad con diferentes grados de seguridad y protección real y percibida, en el mejor de los casos encontramos personas que viven felizmente  día a día ajenas a otras realidades, mientras que en el peor de los casos a alguien le sucede algo en primera persona o en su entorno que le hace tomar conciencia de pronto de una gran pérdida que cambia radicalmente su estado, es víctima de un suceso violento.  La mayoría de víctimas de violencia precisamente por el hecho de serlo, de haber vivido y experimentado un suceso de consecuencias dramáticas contrario a lo que hasta entonces podrían esperar o imaginar, dejan de percibir su entorno seguro, disminuyendo notablemente su percepción de control sobre la situación.


Un trauma supone un malestar intenso por un suceso negativo brusco e inesperado de consecuencias dramáticas y causado por otros seres humanos. Este tipo de acontecimientos desborda con frecuencia la capacidad de respuesta de una persona, que puede sentirse incapaz de adaptarse a la nueva situación y perder la esperanza en el futuro.(Cita textual extraída del libro “Superar el trauma. El tratamiento de las víctimas de sucesos violentos” de Enrique Echeburúa)


                                                                                                                 FOTO:https://www.google.com/search?q=Violancion+prevencion

Intervenir a nivel emocional con víctimas de violencia supone poner rostro al pequeño porcentaje de las estadísticas que muchos desestiman en su día a día, tener muy presente que cualquiera puede ser uno de esos números en este momento y ser testigo de excepción de un proceso de recuperación personal desgarrador y edificante a la vez en el que la fortaleza se (re-)construye desde la más absoluta fragilidad.

La connotación sexual en los delitos de violencia sexual o la propia cosificación sexual,  que supone representar o tratar a una persona como un objeto sexual, ignorando sus cualidades y habilidades intelectuales y personales y reduciéndolas a meros instrumentos para el deleite sexual de otra persona, añade elementos específicos a tener en cuenta en el proceso de recuperación emocional que es necesario evaluar y trabajar profundamente. 

La violencia sexual  afecta directamente a la víctima pero también a su entorno inmediato, a su comunidad e incluso al sistema de salud y de justicia, afectando entonces a TODA la sociedad. Supone una violación de los derechos humanos y un problema de desarrollo social.

Es importantísimo prevenir la violencia sexual desde la educación en igualdad en las escuelas, el empoderamiento de víctimas potenciales,  las campañas de sensibilización social y de educación sexual, desde el sistema penitenciario y de justicia, o incluso facilitando el acceso a la población general a medidas de protección y seguridad básicas.

Ante un  delito contra la libertad e indemnidad sexual es fundamental asistir a la víctima de forma integral, facilitarle a ella y a su entorno un espacio seguro en el que poder realizar un toma de decisiones consecuente,  así como disponer de asesoramiento profesional especializado que les facilite las pautas de actuación recomendables  o la información sobre sus derechos, el acceso a la justicia y a los servicios de salud.


Las medidas de prevención, la atención directa e indirecta, la asistencia especializada, la sensibilización social y profesional, la intervención o el asesoramiento son parte de la clave para abordar esta problemática tan desgarradora. Contamos con el apoyo institucional, con recursos y con campañas interesantísimas que enlazo a continuación para poder profundizar sobre el tratamiento o abordaje psicosocial.





ENLACES DE INTERÉS:








miércoles, 29 de enero de 2014

Programa DAPHNE: La respuesta a una necesidad en materia de prevención e intervención para combatir la violencia.


¿Entendemos lo mismo por violencia de género en todos los países?, ¿Cómo podemos comparar intervenciones o investigaciones en una misma materia llevadas a cabo en diferentes naciones?, ¿Obtendremos los mismos resultados si aplicamos un mismo programa de intervención en diferentes países?, ¿Es necesaria una plataforma o programa que vele por la financiación y unificación de criterios para intervenir en materia de violencia?,…


El PROGRAMA DAPHNE es un programa de acción comunitaria, que depende de la Dirección General de Justicia e Interior de la Comisión Europea, cuya finalidad es apoyar medidas preventivas destinadas a combatir la violencia ejercida sobre los niños, los adolescentes y las mujeres. Estas medidas se desarrollan a través de los diferentes proyectos que conforman este programa. Su principal objetivo es por tanto prevenir la violencia ejercida sobre los niños, los jóvenes, las mujeres y proteger a las víctimas y grupos de riesgo.

La iniciativa DAPHNE surge en 1997 desde la Comisión Europea con la intención de  apoyar el trabajo que realizan organizaciones no gubernamentales (ONGs) , entidades e instituciones públicas implicadas en el combate de este tipo de violencia.

A través de la Decisión nº 293/2000/CE del Parlamento Europeo y del Consejo del 24 de enero de 2000 se aprueba el primer programa de acción comunitario Daphne, el cual tiene vigencia en el periodo 01.01.2000-31.12.2003 y una dotación presupuestaria de 20 millones de euros.
Pretende  contribuir a garantizar la protección de la salud física y psíquica protegiendo a niños, adolescentes y mujeres contra la violencia, inclusive la  que se ejerce en forma de explotación o abuso sexual, previniendo la violencia y prestando apoyo a sus víctimas con el fin de evitar fututas exposiciones a la misma.

Plantea la necesidad de una acción concertada a escala mundial para defender los derechos humanos y poner fin a la violencia que se reconoce desde hace tiempo a distintos niveles y de distintas maneras.

Concreta como ámbitos de actuación y acciones:

1-Acciones transnacionales destinadas a establecer redes pluridisciplinarias y garantizar el intercambio de información, las buenas prácticas y la cooperación en el ámbito comunitario.


  -Apoyo al establecimiento y refuerzo de redes pluridisciplinarias y fomento y apoyo a la cooperación entre las ONG y las distintas organizaciones y organismos públicos a nivel nacional, regional y local, para mejorar el conocimiento y la comprensión de sus respectivos papeles y facilitar el intercambio de información pertinente.

-Estímulo e intercambio de las buenas prácticas, incluidos proyectos piloto, a escala comunitaria, sobre la prevención de la violencia y el apoyo y protección de niños, adolescentes y mujeres.

2. Acciones transnacionales destinadas a sensibilizar al público

-Fomento de campañas de información en cooperación con los Estados miembros, proyectos piloto con un valor añadido europeo y acciones de sensibilización del público — en particular niños, adolescentes, educadores y otras categorías implicadas— y de los medios de comunicación sobre los riesgos potenciales de violencia y las formas de evitarlos, incluidos del conocimiento de medidas legales, la educación sanitaria y la formación en el contexto de la lucha contra la violencia.

-Creación de una fuente de información a escala comunitaria para asistir informar a las ONG y a los organismos públicos y proporcionarles información accesibles al público recabada por administraciones públicas, ONG o instancias académicas en materia de violencia, prevención de la violencia y ayuda a las víctimas y los medios de evitar la violencia, y suministro de información sobre todas las medidas y programas al respecto bajo los auspicios de la Comunidad. Esto permitirá integrar la información en todos los sistemas de información pertinentes.

-Estudios en el ámbito de la violencia y los abusos sexuales y sobre los medios de prevención, con objeto, especialmente , de definir los procedimientos y políticas más eficaces para prevenir la violencia, para ayudar a las víctimas de la violencia, en particular, para evitar que puedan quedar expuestas de nuevo a la violencia, y para analizar su coste social y económico con objeto de establecer respuestas adecuadas a este fenómeno.

-Mejora del conocimiento, información y gestión de las consecuencias de la violencia.

3. Acciones complementarias.

Al ejecutar el programa, la Comisión podrá recurrir a organismos de asistencia técnica cuya financiación se incluirá en la dotación global del programa. También podrá recurrir a expertos en idénticas condiciones. Además, la Comisión podrá organizar seminarios, coloquios u otras reuniones de expertos que puedan facilitar la realización del programa y proceder a acciones de información, publicación y difusión.

Los beneficiarios son las Instituciones y organizaciones activas en el ámbito de la prevención de la violencia contra niños, adolescentes y mujeres y su protección, así como en el ámbito de la rehabilitación de las víctimas, en particular, con ONG y organizaciones de voluntariado.

En la Decisión nº 803/2004/CE del Parlamento Europeo de 21 de abril de 2004 se aprueba el Programa de acción comunitario Daphne II  con el mismo objetivo que el anterior programa (prevenir y combatir la violencia ejercida sobre los niños, los jóvenes y las mujeres y proteger las víctimas y grupos de riesgo) y por un periodo de vigencia de 01.01.2004 - 31.12.2008. El programa pretende especialmente ayudar y estimular a las organizaciones no gubernamentales y otras organizaciones activas en este campo.
En este caso se amplían  los ámbitos de actuación y los beneficiarios y se establece como  dotación financiera  50 millones de euros. El porcentaje de apoyo financiero del presupuesto comunitario no podía superar el 80% del coste total de la acción.

a) acciones específicas de la Comisión, como estudios e investigaciones, encuestas de opinión y sondeos, elaboración de indicadores y metodologías, recopilación, análisis y difusión de datos y estadísticas, seminarios, conferencias y reuniones de expertos, organización de campañas y eventos públicos, creación y mantenimiento de un servicio de asistencia y de sitios Internet, preparación y divulgación de material informativo (incluidas aplicaciones informáticas y medios de formación), establecimiento de un grupo de estudio formado por las partes interesadas y apoyo para que proporcione asesoramiento especializado con respecto a la violencia, apoyo a otras redes de expertos nacionales y actividades analíticas, de supervisión y de evaluación;En la Decisión 779/2007/CE de 20 de junio de 2007 se establece, para el período 2007-2013, el programa  específico Daphne III, que sustituye a los programas Daphne (2000-2003) y Daphne II (2004-2008), y mantiene los objetivos de los dos anteriores  . En este caso su dotación presupuestaria asciende a 116.850.000 €, más del doble que su predecesor, y varía ciertos aspectos.

Algunas de las acciones que contempla son:  estudios e investigaciones, encuestas de opinión y sondeos, elaboración de indicadores y metodologías, recopilación, análisis y difusión de datos y estadísticas, seminarios, conferencias y reuniones de expertos, organización de campañas y eventos públicos, creación y mantenimiento de un servicio de asistencia y de sitios Internet, preparación y divulgación de material informativo, proyectos transnacionales específicos de interés comunitario en los que participen al menos dos Estados miembros o apoyo a las actividades de ONG u otras organizaciones que persigan una finalidad de interés europeo general relacionada con los objetivos generales del programa.

 


El programa DAPHNE, reconocido en diciembre de 2001 por la comunidad internacional como un instrumento importante de lucha contra la violencia, más allá de ser considerado un instrumento de financiación es una plataforma que favorece el avance en materia de intervención con problemáticas específicas de violencia. Para ello se plantea como objetivos la elaboración de metodologías, evaluaciones transnacionales o difusión de las conclusiones y formación.

Disponer de un marco común que permita conceptualizar lo que queremos medir (definición de tipos de violencia, causas o consecuencias) y el modo de hacerlo en diferentes lugares, supone poder extraer conclusiones sobre si realmente es efectivo el proyecto, más allá de donde uno interviene. Por otro lado, la coordinación entre diferentes países  para intercambiar los logros alcanzados o las dificultades encontradas supone optimizar los medios y aunar esfuerzos por conseguir la prevención e intervención más idónea, así como promover y estimular la difusión de buenas prácticas.

Algunos de los cientos de proyectos financiados por el Programa Daphne (Comisión Europea):

-Proyectos “Perspective” y “Respect”  de la Diputación de Alicante, que comprenden la realización de jornadas de formación y sensibilización destinadas a los jóvenes, así como la difusión a nivel europeo de todas las herramientas formativas. El proyecto “Perspective” está promovido por el Ayuntamiento de Modena (Italia), mientras que el “Respect” tiene como promotor a la Región Marche (Italia).
-Proyecto Esperanza. Adoratrices-Madrid. Evaluación y conclusiones del III Encuentro Internacional sobre tráfico de mujeres con fines de explotación sexual.
-Proyecto CONRED: comunidad virtual contra la violencia ejercida sobre los niños y adolescentes inmigrantes SIN RED de apoyo social.
-Proyecto Europeo: JoinTheNet IV.   El objetivo de este proyecto es mejorar la formación del personal de los recursos comunitarios en la detección de los síntomas de violencia de género para que puedan derivar a las víctimas a los recursos especializados.
 


Fuentes consultadas:

http://ec.europa.eu/index_es.
http://ec.europa.eu/justice/fundamental-rights/programme/daphne-programme/index_en.htm

 

b) proyectos transnacionales específicos de interés comunitario en los que participen al menos dos Estados miemb

c) apoyo a las actividades de ONG u otras organizaciones que persigan una finalidad de interés europeo general relacionada con los objetivos generales de
b) proyectos transnacionales específicos de interés comunitario en los que participen al menos dos Estados mie
c) apoyo a las actividades de ONG u otras organizaciones que persigan una finalidad de interés europeo general relacionada con los objetivos generales del programa.

jueves, 24 de octubre de 2013

El niño o adolescente "TIRANO": La importancia de la valoración e intervención profesional.



Mi hijo tiene problemas con la ley, no me escucha, impone su voluntad por la fuerza, ha dejado de ir al instituto, se aísla en casa, va con gente nueva, cuando sale llega tarde, creo que consume, cambia de humor y estado de ánimo,...

Mis padres no me entienden, tengo pesadillas, a mi nadie me dice lo que tengo que hacer, cuando bebo me olvido de mis rollos, no duermo muy bien, a mi no me va a pasar, no sirve para nada estudiar, no necesito a nadie,...



Cada vez hay un mayor número de hogares en  los que los menores de la unidad familiar adoptan conductas violentas para alcanzar sus propósitos o expresar su emoción (ira, frustración, impotencia,…), llegando a interiorizar un estilo agresivo de comunicación y relación social con importantes déficits.
                                   
El entorno familiar y su dinámica, la gravedad de la conducta manifiesta y sus consecuencias, así como el alcance de la misma (limitada al ámbito familiar o generalizada a otras áreas) determinan fundamentalmente el programa de intervención idóneo.  En los casos más leves o en los que la autoridad de los padres se conserva en gran medida, la intervención del centro educativo o la orientación en torno a unas pautas de crianza y/o establecimiento y mantenimiento de límites y consecuencias puede ser suficiente, si bien cuando el adulto se encuentra desbordado,  no cuenta con habilidades para controlar la situación y/o las consecuencias de la conducta mantenida por el menor en cuestión ponen en riesgo la integridad de los demás o la suya propia puede precisar de asesoramiento especializado en materia de problemas de comportamiento  y programas cognitivo-conductuales específicos.

En algunos casos  es necesaria la intervención de los Servicios Especializados de Atención a la Familia e Infancia (SEAFI) de la comunidad, quienes tras una evaluación pormenorizada tienen la opción de activar diferentes medidas o programas que a su vez pueden variar según la evolución del caso (por ejemplo orientaciones a los padres, escuelas de padres, educador en el hogar, talleres para los menores,… ).  En otras ocasiones los propios padres , a propuesta o no del servicio especializado, ceden voluntariamente la guarda del menor a la Consejería de forma temporal con el fin de que ésta intervenga con el menor fuera del núcleo y entorno familiar.

En los casos más graves, en última instancia, en los que los menores llegan a incurrir en actos delictivos y/o ponen en grave riesgo su propia vida e integridad física o la de quienes les rodean, la interposición de denuncia por parte de sus figuras referentes es el único límite palpable y real ante el que responden gran parte de ellos.





Ésta es la dura realidad con la que topan cada vez más núcleos familiares y por esta razón comienzan a proliferar programas televisivos o campamentos de verano que abordan dicha problemática. Al respecto es necesario añadir que es fundamental dejar a un lado los sensacionalismos y contar con personal especializado que diseñe y oriente en torno a la intervención más adecuada a realizar, considerando a todos los agentes intervinientes.


Facilitar “ tratamiento y ayuda a jóvenes en conflicto que dentro del hogar tiranizan a padres, madres, hermanos  u otros familiares” es el objeto del  novedoso programa recURRA. Es una iniciativa privada plausible que surge para dar una respuesta integral  a una compleja realidad que aumenta en incidencia y gravedad en los últimos años.






Javier Urra y su equipo aportan, a través de su proyecto, un enfoque novedoso en la medida en que engloban en un programa de intervención gran variedad de las opciones de abordaje educativo y terapéutico que se aplican actualmente  de forma aislada. Integran diversos servicios multidisciplinares que se combinan para atender las necesidades de cada caso. En función de la problemática, las características y las circunstancias concretas diseñan un programa de intervención individualizado y específico incluyendo la modalidad de medio abierto y residencial (Campus Unidos), en el que tanto el menor como sus padres adquieren un compromiso.

Ellos mismos han elaborado diversas guías practicas que pueden servir como herramienta para figuras de referencia, siendo alguna de ellas la específica de adaptación al cambio, comunicación o señales de alerta.

Es verdaderamente importante contar con la valoración profesional especializada que pueda determinar el camino a seguir en cada caso con el fin de poder determinar el abordaje específico y concreto idóneo, así como la intervención ajustada a su evolución.



Enlaces de interés:

-Un dictador en casa. Entrevista a Javier Urra.

-El síndrome del emperador. ¿Qué es y cómo tratarlo?


-El pequeño dictador. Javier Urra.


-Padres víctimas, hijos maltratadores. Pautas para controlar y erradicar la violencia en los adolescentes.


-¿Es la adolescencia una etapa conflictiva para los propios adolescentes?: tristeza, inadaptación y género.


-Estrategias de adaptación en adolescentes y su relación con conductas problemáticas.