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jueves, 24 de octubre de 2013

El niño o adolescente "TIRANO": La importancia de la valoración e intervención profesional.



Mi hijo tiene problemas con la ley, no me escucha, impone su voluntad por la fuerza, ha dejado de ir al instituto, se aísla en casa, va con gente nueva, cuando sale llega tarde, creo que consume, cambia de humor y estado de ánimo,...

Mis padres no me entienden, tengo pesadillas, a mi nadie me dice lo que tengo que hacer, cuando bebo me olvido de mis rollos, no duermo muy bien, a mi no me va a pasar, no sirve para nada estudiar, no necesito a nadie,...



Cada vez hay un mayor número de hogares en  los que los menores de la unidad familiar adoptan conductas violentas para alcanzar sus propósitos o expresar su emoción (ira, frustración, impotencia,…), llegando a interiorizar un estilo agresivo de comunicación y relación social con importantes déficits.
                                   
El entorno familiar y su dinámica, la gravedad de la conducta manifiesta y sus consecuencias, así como el alcance de la misma (limitada al ámbito familiar o generalizada a otras áreas) determinan fundamentalmente el programa de intervención idóneo.  En los casos más leves o en los que la autoridad de los padres se conserva en gran medida, la intervención del centro educativo o la orientación en torno a unas pautas de crianza y/o establecimiento y mantenimiento de límites y consecuencias puede ser suficiente, si bien cuando el adulto se encuentra desbordado,  no cuenta con habilidades para controlar la situación y/o las consecuencias de la conducta mantenida por el menor en cuestión ponen en riesgo la integridad de los demás o la suya propia puede precisar de asesoramiento especializado en materia de problemas de comportamiento  y programas cognitivo-conductuales específicos.

En algunos casos  es necesaria la intervención de los Servicios Especializados de Atención a la Familia e Infancia (SEAFI) de la comunidad, quienes tras una evaluación pormenorizada tienen la opción de activar diferentes medidas o programas que a su vez pueden variar según la evolución del caso (por ejemplo orientaciones a los padres, escuelas de padres, educador en el hogar, talleres para los menores,… ).  En otras ocasiones los propios padres , a propuesta o no del servicio especializado, ceden voluntariamente la guarda del menor a la Consejería de forma temporal con el fin de que ésta intervenga con el menor fuera del núcleo y entorno familiar.

En los casos más graves, en última instancia, en los que los menores llegan a incurrir en actos delictivos y/o ponen en grave riesgo su propia vida e integridad física o la de quienes les rodean, la interposición de denuncia por parte de sus figuras referentes es el único límite palpable y real ante el que responden gran parte de ellos.





Ésta es la dura realidad con la que topan cada vez más núcleos familiares y por esta razón comienzan a proliferar programas televisivos o campamentos de verano que abordan dicha problemática. Al respecto es necesario añadir que es fundamental dejar a un lado los sensacionalismos y contar con personal especializado que diseñe y oriente en torno a la intervención más adecuada a realizar, considerando a todos los agentes intervinientes.


Facilitar “ tratamiento y ayuda a jóvenes en conflicto que dentro del hogar tiranizan a padres, madres, hermanos  u otros familiares” es el objeto del  novedoso programa recURRA. Es una iniciativa privada plausible que surge para dar una respuesta integral  a una compleja realidad que aumenta en incidencia y gravedad en los últimos años.






Javier Urra y su equipo aportan, a través de su proyecto, un enfoque novedoso en la medida en que engloban en un programa de intervención gran variedad de las opciones de abordaje educativo y terapéutico que se aplican actualmente  de forma aislada. Integran diversos servicios multidisciplinares que se combinan para atender las necesidades de cada caso. En función de la problemática, las características y las circunstancias concretas diseñan un programa de intervención individualizado y específico incluyendo la modalidad de medio abierto y residencial (Campus Unidos), en el que tanto el menor como sus padres adquieren un compromiso.

Ellos mismos han elaborado diversas guías practicas que pueden servir como herramienta para figuras de referencia, siendo alguna de ellas la específica de adaptación al cambio, comunicación o señales de alerta.

Es verdaderamente importante contar con la valoración profesional especializada que pueda determinar el camino a seguir en cada caso con el fin de poder determinar el abordaje específico y concreto idóneo, así como la intervención ajustada a su evolución.



Enlaces de interés:

-Un dictador en casa. Entrevista a Javier Urra.

-El síndrome del emperador. ¿Qué es y cómo tratarlo?


-El pequeño dictador. Javier Urra.


-Padres víctimas, hijos maltratadores. Pautas para controlar y erradicar la violencia en los adolescentes.


-¿Es la adolescencia una etapa conflictiva para los propios adolescentes?: tristeza, inadaptación y género.


-Estrategias de adaptación en adolescentes y su relación con conductas problemáticas.




jueves, 12 de septiembre de 2013

¿Quieres que te cuente un cuento?: LA CENICIENTA QUE NO QUERÍA COMER PERDICES.


¿Quieres que te cuente un cuento?, ¿cuándo fue la última vez que te hicieron esta pregunta?, ¿qué pasaría si se potenciara el cuento como recurso didáctico con la población adulta?, ¿qué valores podríamos transmitir a través de un cuento para adultos?,…


La creatividad y el duende de Nunila López  Salamero y Myriam Cameros Sierra, una escritora y la otra ilustradora, nos permiten disfrutar de sus CUENTOS “canallas” y “libres”, como ellas mismas los definen.
A través de su obra, que peculiarmente se materializa en CUENTOS para adultos o para todo el público, nos invitan a reflexionar. Comprometidas socialmente a través de su línea no-sexista  nos facilitan herramientas valiosas para trabajar la homofobia, el machismo o la coeducación.

LA CENICIENTA QUE NO QUERÍA COMER PERDICES es uno de sus cuentos que mayor repercusión y alcance ha tenido.  Como ellas dicen es  “un cuento moderno para adultos”. Surge a raíz de que Nunila y Myriam atiendan  la voz de un grupo de mujeres maltratadas que piden un cuento que relate sus historias. Es entonces cuando adaptan un cuento clásico (con versiones desde el siglo XVII) al momento actual, acorde con los valores y los derechos vigentes en nuestra sociedad. Crearon  una historia llena de matices, dura  y a la vez tremendamente bella en la que muchas mujeres se siguen viendo reflejadas día a día. Evidencian el abismo ante el que muchas personas se encuentran cuando descubren que aquello en lo que creyeron a pies juntillas no se ajusta a la realidad y cuánto vale la pena despojarse de lo que les limita y resta para reconstruirse y resurgir con autenticidad.
La Cenicienta que no quería comer perdices describe de forma clarificadora las fases por las que puede pasar una mujer que es víctima de violencia de género, desde que toma conciencia de ello, lo acepta e integra, se re-descubre con valentía, se reivindica y llega a reestructurar su propia vida desde la libertad.
El cuento lo encontramos en PDF con acceso libre y ha sido versionado y adaptado a diferentes formatos.






En 2012 publicaron el nuevo libro CUENTOS PARA ANTES DE DESPERTAR . De forma desinteresada nos regalaron LOS COLORES, uno de los cuentos que se incluyen en él y que facilita el trabajo de la co-educación.

Apuestan por licencias libres, por lo que su obra se puede compartir en Internet o en colegios, y publican a su vez junto a la Editorial Planeta. No defrauda su trabajo y es muy accesible. 100% recomendable y tremendamente útil en la intervención profesional. Aporta frescura y un apoyo fundamental porque muchas veces desde la sencillez y ante la realidad sin tapujos las resistencias caen y nos rendimos ante la evidencia.















Mi enhorabuena por vuestro trabajo. Espero que hayan muchos más...




Otros enlaces interesantes:





lunes, 29 de abril de 2013

Educar en Igualdad = Prevenir la Violencia de Género


¿Conoces algún cuento en el que una princesa valiente afronte dificultades para salvar a su bello príncipe desvalido?, ¿crees que un hombre y una mujer tienen que demostrar lo mismo para acceder a un mismo puesto de trabajo?, ¿qué pensarías si ves en el cine a una chica rodear con su brazo los hombros de su chico mientras éste llora emocionado por la película?, ¿cuántos hombres y cuántas mujeres de tu entorno ocupan puestos de responsabilidad?, ¿qué te sugiere una unidad familiar en la que la mujer sea la única sustentadora y el hombre se ocupe del cuidado de los hijos y de las labores domésticas?, ¿prefieres que tu hijo vaya a ballet o a fútbol como actividad extraescolar? , ¿prefieres que tu hija juegue con un carrito de bebé o con un coche de carreras teledirigido?, ¿quién determina lo que “es de chicos” y lo qué es “de chicas”?, ¿fomentamos el desarrollo integral de las personas independientemente de su sexo?, ¿crees que el sexo de la persona determina la forma de comportamiento aceptable en pareja y en sociedad?

 
La Declaración Universal de Derechos Humanos de Naciones Unidas aprobada en 1948 reafirma el principio de la no discriminación y proclama que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.


En 1976 España ratificó la adhesión a la Declaración y en 1978, la Constitución Española estableció la obligatoriedad de regir su normativa acerca de los derechos con arreglo a ella y a los pactos ratificados, por lo que configuró un marco legislativo basado en la igualdad entre hombres y mujeres.

Dicho reconocimiento sirvió de motor para que gran parte de la sociedad comenzara a abrir los ojos y se plantease que efectivamente hombres y mujeres son iguales (iguales derechos, iguales ante la ley y no pueden ser discriminados por su sexo) y para que empezaran a cuestionarse la veracidad de concepciones estereotipadas heredadas que perpetuaban una clarísima diferenciación de capacidades, actividades y espacios en función de si se nacía hombre o mujer (hombre sustentador y protector de la unidad familiar, con capacidad de decisión, fuerte, dominante y enmarcado en el área social y mujer con labor asistencial del hombre, emocional, sumisa, vulnerable, cuidadora de la prole, fuente de afecto y relegada al hogar).

A día de hoy sabemos que dichas concepciones, o resquicios de ellas en el mejor de los casos, continúan vigentes en muchas familias y entornos sociales. Se encuentran tan automatizadas y justificadas, por haber existido de ese modo durante tanto tiempo, que pasa desapercibido el “daño” que hace mantenerlas vigentes.


Donde hay Violencia de Género hay desigualdad de sexos, superioridad de uno frente a otro. Por tanto educar en igualdad es prevenir el maltrato e implica valorar la diferencia pero no la desigualdad, la dominación de uno sobre otro, la violencia o la injusticia.

En una relación de maltrato subyace una concepción machista donde el hombre emplea diferentes mecanismos de control para garantizar su posición de superioridad, desde el maltrato sutil hasta la más extrema violencia psicológica, sexual o física.

Alcanzar la igualdad efectiva significa apostar por el pleno desarrollo intelectual, social, afectivo, laboral y físico de las personas sin limitaciones o restricciones establecidas por su sexo.


En base a todo ello, la posición que mantengamos al respecto marcará la educación que demos, reforzando unas actitudes frente a otras y estableciendo de este modo lo que consideramos aceptable o más adecuado. En función de dicha educación, los niños y niñas estructurarán la percepción de sí mismos y del otro más deseable según su entorno, desarrollarán sus expectativas y la forma de interacción entre ellos.

Existen infinidad de programas de Educación en la Igualdad puestos en marcha en las escuelas o en talleres socio-psico-educativos dirigidos a colectivos en los que siguen enraizadas concepciones machistas que justifican la no igualdad de oportunidades para los hombres y las mujeres y que mantienen la concepción de la mujer como “incapaz” o “inhábil” para tomar sus propias decisiones o gestionar su propia vida de forma independiente.

Es muy importante tomar conciencia de que cada uno de nosotros, hombre o mujer, desde su posición en su familia, entorno o comunidad puede favorecer la conquista de la Igualdad real y efectiva de oportunidades, de trato, de derechos y de posibilidad de decisión.

 

A continuación enlazo una versión alternativa de dos clásicos cuentos patrocinada por la Unión Europea y el Servicio Nacional de la Mujer del Gobierno de Chile (SERNAM). Sin duda, invita a la reflexión.

¿Qué valores nos pretenden transmitir?, ¿qué cualidades asocian a cada personaje?,...


 

 

Susana Tárrega Verdú