martes, 11 de junio de 2013

“Lo que nunca olvida la gente es cómo le haces sentir” Maya Angelou


¿Qué son las emociones?, ¿las emociones se contagian?, ¿cómo?, ¿para qué sirven?, ¿qué puedo hacer para potenciar mis emociones positivas?, ¿qué emociones contagio yo?, ¿qué emociones predominan en mi día a día?, ¿en qué interfieren mis emociones?, ¿puedo aprender a gestionarlas o manejarlas mejor?…


Etimológicamente, el término emoción viene del latín emotĭo, que significa "movimiento o impulso", "aquello que te mueve hacia".

Podemos definir las emociones como reacciones psicofisiológicas o estados afectivos que influyen en la atención, en las redes asociativas de la memoria o en el razonamiento del individuo.
Son una de las tres modalidades de respuesta que se dan ante un estímulo e influyen en nuestra ejecución o práctica diaria (a la hora de recordar unas cosas u otras, cuando nos relacionamos con otras personas, ...).
Inicialmente cumplen una función adaptativa e interfieren en el sistema endocrino, en el Sistema Nervioso Autónomo, en los gestos faciales, en los músculos o en la voz. Por ejemplo, sabemos que el miedo prepara tu organismo para huir, la repugnancia evita que puedas alimentarte de algo putrefacto y enfermes o  la risa condiciona que interacciones de nuevo con el estímulo.

Como dijo Levenson en 1994, las emociones sirven para establecer nuestra posición con respecto a nuestro entorno, y nos impulsan hacia ciertas personas, objetos, acciones, ideas y nos alejan de otros. Las emociones actúan también como depósito de influencias innatas y aprendidas, y poseen ciertas características invariables y otras que muestran cierta variación entre individuos, grupos y culturas.

Quien gestiona adecuadamente sus emociones aumenta la probabilidad de relacionarse de forma exitosa y de desempeñar su ejecución de forma eficaz. Diríamos que es inteligente emocionalmente.
Tienen tanto peso en nuestro día a día y modulan a tal nivel  nuestra forma de interacción con el medio y demás personas que conocerlas, reconocerlas y ajustarlas adecuadamente  es fundamental para mejorar nuestro bienestar y optimizar nuestros resultados en cualquier área.

Paul Ekman, uno de los cien psicólogos más destacados del siglo XX y pionero en el estudio de las emociones y sus relaciones con la expresión facial, en base a los resultados obtenidos en sus investigaciones, concluyó que las emociones sirven para comunicarnos y que las expresiones faciales (sorpresa, ira, asco, …) son universales y no culturales/aprendidas como se sostenía hasta el momento.
Estos resultados son sumamente importantes porque llegan a corroborar que independiente de la edad que tengamos, del lugar en el que vivamos o de donde hayamos sido "culturizados", tenemos un idéntico repertorio emocional compuesto por al menos 7 emociones básicas (felicitad, tristeza, ira miedo, sorpresa, desdén y asco).
Como podréis deducir este conocimiento tan valioso se ha considerado en infinidad de disciplinas y es la base de muchas investigaciones o programas que tienen presencia en el día a día. Por ejemplo, encontramos aplicaciones en la Psicología del Testimonio (qué recuerda una víctima o un testigo), en estudios de memoria (cuáles son las condiciones personales que facilitan el recuerdo), en la publicidad (cómo capto la atención del cliente, qué evoco a nivel emocional  en un cliente potencial,…), en los estudios de ventas (de qué forma aumento la probabilidad de vender un producto) o en campañas de seguridad vial (qué emociones provoco en el receptor que aumentan la probabilidad de recordar el mensaje).

 
 


                                                                                            FOTO: http://lasemocionesyuliethacosta.blogspot.com.es/2012/06/principales-emociones.html
 



A día de hoy también sabemos que las emociones se contagian. Por ello, una línea de intervención complementaria a otras para mejorar los niveles de bienestar pasa por limitar el contagio de emociones negativas y aumentar el de las positivas, previo aprendizaje o entrenamiento para detectar las emociones y sus técnicas de autogestión.

A continuación, a través de los vídeos publicados por Raúl Espert, os invito a ver de la mano de Elsa Punset un breve vídeo clarificador y ameno de 7 minutos  de duración en el que podemos encontrar respuestas al fenómeno del contagio emocional.
 
 
El contagio de las emociones: ELSA PUNSET




La gente olvida lo que dices, la gente olvida lo que haces, pero nunca olvida cómo le haces sentir”. Maya Angelou (poetisa y novelista)

 

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