lunes, 28 de noviembre de 2016

Nací con luz...




Nací con luz, con una esencia única que me identifica. Reconocerme y permitirme ser es el camino hacia la autorealización y la plenitud de mi existencia.

Crezco y tomo conciencia de mi fragilidad, la que me lleva a temer que me quiebre. En otros momentos la vida me sorprende viendo como la fortaleza que habita en mi interior me devuelve el traje de la seguridad y las gafas que me permitieron ver con claridad. 
Vivo y fluyo entre mares en calma y oleajes embravecidos que me devuelven a una orilla para que comience un nuevo viaje. Mis emociones mutan, me estiran y empujan para luego mecerme y acariciarme. 
Aquellos que rozaron mi alma y bailaron con ella me acompañan permanentemente, me prestan sus bastones y me invitan a sentir la tierra bajo mis pies. 
Mi mirada refleja donde estuve y donde estoy. Algunos de mis monstruos mueren y otros cambian de disfraz mientras mis púas se transforman y gano tiempo para reponer provisiones y prepararme para el próximo envite.
Mis arrugas son banderas de mis conquistas vitales y espejos donde se mira el tiempo. 
Me asusta y reconforta a la vez tomar conciencia de que me defino en la soledad de mi existencia y que llegué y partiré conmigo misma con el equipaje que suponga lo vivido y amado.


                                                                                                                       12 de mayo de 2016

domingo, 25 de septiembre de 2016

“CUANDO EL CAMBIO LLEGA Y NO PUEDO ESCAPAR DE ÉL”

Detente y echa un vistazo hacia atrás, a tu vida y concretamente a cómo has tendido a posicionarte ante las dificultades y los cambios. Es una forma sencilla de saber de ti.

La educación que hemos recibido, los contextos en los que nos hemos desarrollado, las experiencias vitales o el carácter pueden condicionar de algún modo la forma en que percibimos e interpretamos el mundo y cómo nos colocamos ante la adversidad, los desequilibrios o los desajustes propios de la existencia, esos momentos en los que te sientes desordenado o con tu mundo del revés.

El cambio y la transformación personal forman parte del crecimiento interior y estamos diseñados para abordarlos con eficacia. En ocasiones nosotros mismos nos boicoteamos y dificultamos el paso a otras etapas de nuestra vida y nos instalamos en dinámicas de sufrimiento.
A veces llega el cambio y no podemos escapar de él, no podemos escapar de la incomodidad.

Lo cierto es que tendemos a buscar la estabilidad y cuando algo la amenaza se activan las señales de alarma. Algunas personas se resisten a aceptar la ruptura del equilibrio y hacen caso omiso a los indicadores llegando a tener una vida insatisfactoria primando conservar lo que les es conocido a pesar de que no se sienten plenos. Otras personas actúan, se reajustan y se reinventan con relativa facilidad esforzándose por conseguir reconquistar su bienestar.

FOTO:http://leticiabrando.com/afrontando-los-cambios-2/



¿Qué influye en el modo en que afrontamos los posibles grandes cambios vitales?

1-Las creencias asociadas a la situación o, dicho de otro modo, los pensamientos de base relacionados con lo que te está sucediendo pueden invitarte a continuar o a detenerte y bloquearte. El grado de tolerancia hacia lo nuevo que sucede, lo que piensas sobre ti mismo y los otros, lo que “está bien” y lo que “está mal” según tus parámetros y los de tu entorno inmediato condicionan el modo en que conceptualizas lo que te está ocurriendo.

2-La percepción de control que tengas sobre la situación es importante porque en función de ella decides y actúas. Si consideras que algo depende de ti en gran parte harás por intervenir, mientras que si partes de que no puedes cambiar la situación tenderás a inmovilizarme y esperar.  La percepción es subjetiva y puede estar desajustada con la realidad por lo que analizarla puede dar la clave para ahorrar energías y emplearlas de forma eficaz.

3-El pensamiento rígido o flexible obstaculiza o facilita la generación de alternativas o “buenas soluciones”. Si tiendes a pensar que hay una única “forma de hacer” cuando ésta no sea viable o te genere malestar te resistirás a cambiarla, mientras que si tiendes a flexibilizar y tolerar otras opciones como posibles o válidas caminarás en otra dirección desde la serenidad y la aceptación.

4-El resultado del balance personal general que haces sobre lo que está ocurriendo depende de la percepción de pérdida y ganancia. En los momentos críticos eres consciente de que algo dejó de estar de un modo determinado si bien desconoces como restaurarás el equilibrio. Es importante dejar ir, soltar o liberar lo que fue para que puedas avanzar y construir algo nuevo, algo que encaje con lo que sientes profundamente en el aquí y ahora y que sea honesto contigo.

5-Las emociones asociadas a los procesos de cambio en las etapas iniciales suelen generar malestar, para poco a poco dejar paso a la convivencia de las emociones positivas y negativas de forma intercalada. De “todos los días “malos” pasas a tener algunos ratos de calma o cierto disfrute, justo cuando comienzas a visualizar ciertas ganancias de la transformación. Todo este proceso de incertidumbre está vinculado a las habilidades que tengas en la gestión emocional siendo el cambio un promotor del aprendizaje sobre ti mismo, tus estrategias de afrontamiento y la propia vida.

6-Los miedos a perder, a no ganar, a dañar, al rechazo, a no alcanzar tus objetivos, a perderte o a sufrir se pueden disparar y hacerse grandes. En ocasiones se hacen tan grandes que pueden llevarte a no ser justo contigo mismo y no asumir el riesgo intrínseco que conlleva ser auténtico y VIVIR.

7-El apoyo y el grado de aceptación que percibes puede influir en menor o mayor medida en la forma en que te posicionas ante lo que te ocurre. De ahí la importancia de rodearte de personas impulsoras que acolchen y amortigüen el impacto de la propia sensación de vértigo inicial y posterior desequilibrio.

8-Ante la adversidad o el desajuste puedes instalarte en el peligroso papel de víctima o en el de verdugo/juzgador. El primero se caracteriza por colocarte en una posición de padecimiento, vulnerabilidad, incapacidad  y negatividad. La responsabilidad se deposita en lo externo. Puedes sentir pena o lástima por ti mismo, no creer en tus capacidades o posibilidades o pensar que la vida te está castigando de algún modo o la mala suerte se ha cebado contigo. En el segundo, en el papel del verdugo, predomina una actitud excesivamente crítica contigo mismo o con los demás en la que te muestras intransigente y juzgador del bien y el mal impartiendo “justicia”, viendo el blanco o el negro únicamente y no considerando la gama de grises.

9-Conocer el proceso de cambio interior y transformación, sus fases o incluso haber salido airoso de procesos previos vividos proporciona cierta serenidad y facilita que las emociones fluctúen en intensidades moderadas evitando entrar en pánico.

10-Escucharte, conocerte y atender las señales propias y externas te invitan a conectar con tu fuerza interior y creer en la posibilidad de que fluir te acerca a  tu esencia personal.



Socialmente nos preparan para lo estable, lo normativo y el disfrute de la emoción positiva, pero lo cierto es que la inestabilidad, la diferencia y diversidad o el malestar es vivenciado por todas las personas. Generalmente aprendemos a gestionarnos en el devenir de la vida y descubrimos que ambas formas se entremezclan y conviven con nosotros. Periodos de calma y periodos de tempestad, ambos necesarios para valorar uno y otro, para crecer, para ser y estar de un modo de genuino. 

FOTO: http://www.cambiandoelrumbo.com/index.php/herramientas-para-el-cambio/

domingo, 17 de enero de 2016

¿Quién te enseñó a creer en ti mismo?: La importancia de rescatarte y reconquistar tu territorio personal


Si preguntamos a los niños qué quieren hacer con sus vidas, a qué quieren dedicarse profesionalmente o cómo se imaginan siendo más mayores, la gran mayoría nos contesta con ojos chispeantes rebosando ilusión y nos cuenta algunos de sus sueños para el mañana sintiéndose absolutamente capaces de conseguirlo, confiando en sus posibilidades de lograrlo y mostrándose seguros de sí mismos. Si les planteamos posibles obstáculos que puedan encontrarse se orientan a resolverlos de forma creativa identificándolos como salvables. Creen firmemente que su vida es suya y pueden conseguir lo que se propongan si se esfuerzan por ello. No limitan sus posibilidades y viven el presente con intensidad. Parece que la tendencia es verse a sí mismos como pilotos de su propia vida, como alguien que tiene capacidad de acción, decide, disfruta y avanza hacia su meta.

Piensa por unos minutos ¿QUIÉN TE ENSEÑÓ A CREER EN TI MISMO?. Quizás hubo alguien que te enseñó que en tu interior hay una gran reserva insospechada de fortaleza que emerge cada vez que crees que no puedes más,  tal vez tu esfuerzo dio sus frutos y sentiste la satisfacción personal de conquistar un objetivo muy deseado (¡lo lograste!), puede que hayas aprendido a escucharte y descifrarte, a seguir tu intuición y tu pasión, o a lo mejor alguien te hizo ver que cuando uno aparentemente no gana realmente aprende, por lo que las crisis, las piedras del camino o incluso las pérdidas son maravillosas oportunidades de crecimiento y autoconocimiento.


                                                                                                                            ILUSTRACIÓN: Eva Armisén


Lo cierto es que muchos de esos niños que todos fuimos en algún momento comienzan a anticipar ineficazmente consecuencias, adquieren miedos  irracionales que condicionan sus vidas, negocian con su libertad, dan más valor a la mirada del otro que a la propia, sienten que ya no tienen margen de maniobra para decidir autónomamente o pasan a conceptualizan el cambio como una catástrofe de efectos insospechados tendiendo a instalarse en la rutina y la relativa comodidad de la zona de confort vital.

Hemos creado una sociedad estática instalada en el ruido, en la que se valora el riesgo cero, en la que la artificialidad y lo homogéneo prevalece frente a lo auténtico y lo diverso, donde los días suelen ser tan parecidos que cuesta VIVIR en el anodino presente, carente de interés e  insustancial demasiadas veces. Nos preparamos para lo que llegará, soñamos con el día de mañana o esperamos las circunstancias adecuadas para generar un cambio. Pisamos asfalto, nos cercan edificios, vemos ficción, dejamos de intentarlo porque perdimos la confianza en lo posible, nos disfrazamos para dar nuestra mejor versión sin sentirla, estamos rodeados de gente que realmente no conocemos y mantenemos demasiadas conversaciones vacías en las que estamos desconectados. 


¿QUÉ HUBO DE AUTÉNTICO EN TU DÍA?

La evolución de la especie ha supuesto una involución en áreas esenciales, al menos las propias del ser, del espíritu individual. Comienza a ser sorprendente y excepcional que alguien valore y se sienta en armonía con el entorno natural, que la experiencia de un anciano sea considerada como referencia o que la esencia de las personas entre en comunión en sus relaciones.


¿En qué momento uno deja de creer en sí mismo, en sus potencialidades o en sus fortalezas?, ¿Cuándo uno llega a perderse a sí mismo al hacer grandes concesiones y renuncias descompensadas?, ¿Qué ha aprendido alguien que siente miedo a SER, a mostrarse tal y como es?, ¿Cómo la fuerza interior de la infancia deja paso a las inseguridades de la adultez?,...


Cada día decidimos infinidad de veces, tomamos decisiones continuamente. Con quién te relacionas, lo que expresas, dónde te diriges, las palabras con las que te comunicas contigo mismo, en qué dedicas tu tiempo, en qué se transforma tu energía o qué límites estableces en tus relaciones.


¿ES POSIBLE RESCATARTE Y RECONQUISTAR TU TERRITORIO PERSONAL? 

¡LO ES!


.TU ACTITUD ante la calma y la adversidad es un condicionante de la vivencia que experimentas

.El autoconocimiento de tus fortalezas y limitaciones te permite llegar a la aceptación y eliminar frustraciones y auto-desgastes

.La seguridad personal y creer en ti mismo te resitúa en el mapa de tu vida asumiendo el control, VIVIENDO

.El desarrollo de tu potencial te permite ser más tú, más auténtico día a día, liberándote de cadenas invisibles y monstruos imaginarios

.Permitirte fluir y gestionar adecuadamente la incertidumbre te recuerda que el presente es lo único en lo que puedes “accionar” y ser

.Respetarte a ti mismo, tu esencia y tu dignidad, recoloca al otro y bloquea sus interferencias





                                                                             ILUSTRACIÓN: estamalperosepuedempeorar



                                                                              ¡ES POSIBLE!