¿Como padre/madre o figura referente estoy dispuesto a facilitar a mi hijo información para prevenir situaciones de abuso sexual?; Uno de cada cinco niños en Europa es víctima de la violencia sexual ¿qué puedo hacer yo?, ¿Le he enseñado que su cuerpo es suyo y nadie puede tocarlo sin su permiso?, ¿Cómo puedo prevenir el abuso sexual infantil?, ¿Sabe la diferencia entre los secretos buenos y los malos?, ¿Conozco los indicios asociados al abuso sexual infantil?...
En el artículo 181 y siguientes del Código Penal de nuestro país, se tipifica el delito de abuso sexual concretando que “El que, sin violencia o intimidación y sin que medie consentimiento, realizare actos que atenten contra la libertad o indemnidad sexual de otra persona, será castigado, como responsable de abuso sexual”, considerando como “abusos sexuales no consentidos los que se ejecuten sobre menores de trece años, sobre personas que se hallen privadas de sentido o de cuyo trastorno mental se abusare”.
Las
penas varían, entre otros supuestos, si “el abuso sexual consiste en acceso
carnal por vía vaginal, anal o bucal, o introducción de objetos por alguna de
las dos primeras vías”, si media “engaño sobre mayores de 13 años y menores de
16” o cuando el autor del delito se haya prevalido de una situación de
superioridad frente a la víctima.
El
autor del abuso sexual suele encuadrarse dentro del entorno inmediato o cercano del menor víctima, por parentesco o afinidad con el núcleo familiar generalmente, y
aprovechándose de la vulnerabilidad de éste introduce a través del juego o
creando un clima de confianza y exclusividad las prácticas sexuales. Éstas varían y
aumentan en su nivel de gravedad en función del tiempo del abuso, las
circunstancias situacionales o las características del agresor.
En la
práctica clínica, atendiendo a los casos de mujeres adultas víctimas de abuso
sexual en su infancia, algunos de los aspectos más comunes que se requiere abordar en las primeras sesiones de intervención son el punto de inflexión que supone el “descubrimiento” o "toma de conciencia" de la víctima del hecho de haber sido abusada (“Me di cuenta de que ese juego no era
normal”, “Supe entonces que no estaba bien lo que hacía”,...), los sentimientos de
culpabilidad por no haber reaccionado en los momentos iniciales (“Si yo hubiera…”, “No dije nada…”, “Podría
haber…”), el conflicto de lealtades, la preocupación por el cuestionamiento de su credibilidad
(“¿Me creerán?”, “Es mi palabra contra la
suya”,…) y el temor por las consecuencias que pueden darse en su entorno
familiar tras la revelación (represalias del abusador, actitud de los familiares,…).
A
largo plazo podemos encontrar en la edad adulta efectos del abuso sexual sufrido en la infancia
en todas las áreas vitales (sexual, relaciones de pareja, social, personal,…).
Sin duda, hay muchas circunstancias asociadas a este tipo de delito que
dificultan su abordaje. Hablamos de menores o personas especialmente
vulnerables que son víctimas de un delito contra la libertad sexual, del autor del
delito en cuestión que en la mayoría de ocasiones es conocido por la víctima y su propio
entorno, así como de que la ejecución del delito se dilata en el tiempo y se enmarca en un
"secretismo" inducido por el agresor entre éste y su víctima.
Sin pretender alarmar por ello, entiendo que es fundamental
tomar conciencia para poder poner los medios para que los menores
dispongan de los recursos y habilidades necesarias para detectar las situaciones
susceptibles de posible abuso. Para ello contamos con diferentes campañas
de concienciación en las que se ponen a nuestro alcance herramientas valiosas
que pueden resultar útiles.
Ahora bien, los primeros que tienen que tomar conciencia de la
necesidad de considerar la prevención en
este tipo de delitos son los padres o figuras referentes.
ES IMPORTANTE ENSEÑARLES A LOS NIÑOS UNAS REGLAS BÁSICAS QUE PUEDEN SER DETERMINANTES EN SU DESARROLLO Y HACERLO EN LAS ETAPAS INICIALES AYUDA A PREVENIR SITUACIONES DE ABUSO.
ES IMPORTANTE ENSEÑARLES A LOS NIÑOS UNAS REGLAS BÁSICAS QUE PUEDEN SER DETERMINANTES EN SU DESARROLLO Y HACERLO EN LAS ETAPAS INICIALES AYUDA A PREVENIR SITUACIONES DE ABUSO.
La
campaña "UNO DE CADA CINCO" realizada por el CONSEJO DE EUROPA, se dirige a la
prevención de la violencia sexual contra
niños y adolescentes. Se incluye por tanto el abuso sexual junto a otros delitos de índole sexual como pueden ser las violaciones, los tocamientos inadecuados o la prostitución infantil entre otros.
Siguiendo las palabras de la campaña, estiman la cifra de UNO de cada CINCO partiendo
de una combinación de resultados de diversos estudios realizados por equipos de
investigación en Europa, y coincidiendo con las estadísticas presentadas por
diversas organizaciones, entre las que cabe citar a UNICEF, la Organización
Internacional del Trabajo y la Organización Mundial de la Salud. UNO de cada CINCO es una cifra que se aplica a toda Europa, pero no excluye diferencias de frecuencia de un país a otro. Los estudios realizados en países no europeos, como Estados Unidos y Canadá, muestran un nivel similar de frecuencia.
Cuando se conocen los datos, y se tiene contacto con esta realidad, se hace evidente la importancia de enseñar desde la etapa infantil que tu cuerpo es tuyo y nadie
debe tocarlo sin permiso, enseñar a reconocer las partes íntimas (las cubiertas por el
bañador), la diferencia entre las caricias buenas que te hacen sentir bien y las
malas que te hacen sentir mal, la diferencia que hay entre los secretos buenos y los malos o lo importante que puede ser conocer los indicios de sospecha asociados.
Os invito a conocer “LA REGLA DE KIKO”, guía
sencilla para figuras referentes y profesionales, elaborada por el Consejo de
Europa para prevenir el abuso sexual en niños. Una buena forma de empezar.
Si queréis conocer más, encontraréis
el spot animado en varios idiomas y el apartado de descargas en LA REGLA DE KIKO - CONSEJO DE EUROPA