jueves, 8 de agosto de 2013

¡Fuera PENSAMIENTOS TÓXICOS!. La importancia de conocerlos e identificarlos.


“Nunca volveré a ser feliz”, “No puedo hacer nada”, “Debo gustarle a los demás”, “No puedo vivir sin…”, “Nunca  conseguiré lo que deseo”, “Hay que cumplir siempre las normas”, “No sirvo para nada”, “Soy una persona  horrible”, “Soy un fracaso”, “Nadie querrá estar conmigo”, “Soy un desastre”, “Seguro que me sale mal”, “Nadie me quiere”, “La vida no tiene sentido”, “Tengo que hacer las cosas siempre de forma adecuada”, "Nadie me entiende" …




Un pensamiento tóxico es aquel que:

1-Limita tu potencial actuando como barrera e impidiendo que te desarrolles de forma integral.
Todos contamos con áreas de desarrollo vital en las que podemos trabajar para llegar a alcanzar muchos objetivos que a priori deseamos. La distancia que hay entre lo que deseas ser o lo que te gustaría conseguir y el punto en el que te encuentras aquí y ahora puede mantenerse , ampliarse o bien reducirse según las decisiones que tomas y tu implicación con tu crecimiento personal.

¿Qué idea de base impide o enlentece tu evolución ?
¿Qué te aleja de lo que podrías llegar a ser?




2-Tiende a activarse de forma automática e involuntaria.
Esta propiedad hace que, en ocasiones, pueda resultar complejo reconocerlos o identificarlos  si no contamos con la guía de un experto o bien no hemos sido entrenados para ello.
Los pensamientos tóxicos automáticos forman parte de tu estructura cognitiva o esquemas mentales y sobre ellos se sustentan muchas otras ideas, tus emociones y tu propia conducta.

3-Actúa como ancla, dificultando que avances y favoreciendo que permanezcas en el mismo punto donde te encuentras.
Tiende a paralizarte,  “engancharte a”  o  a frenarte.

¿Qué ideas son las que te frenan y te mantienen "anclado"?

4-Te encadena a la inseguridad y al miedo.
Empañan el espejo donde te miras, distorsionan la imagen que ves de ti mismo, generan inseguridad y dudas sobre tu potencial y  capacidades o habilidades. Todo ello hasta el punto de que el miedo, en cualquiera de sus vertientes,  puede llegar a determinar muchas de las decisiones que tomas.

5-Te aleja de tus objetivos.
Te invita a no arriesgar, a no apostar por el cambio, a valorar las oportunidades únicamente como formas de perder, a no asumir riesgos, a no valorar si esos riesgos pueden ser asumibles, a conformarte o a no rescatar tus sueños o deseos.

6- ES IRRACIONAL:  No supera  los criterios de análisis (el de evidencia/realidad objetiva, el de intensidad emocional, el de utilidad/funcionalidad o el formal/forma de expresarlo).
Cuando contamos con un pensamiento tóxico que se presenta de forma automática e involuntaria  tendemos a darlo por válido sin someterlo a un análisis exhaustivo. Solemos dar credibilidad a una idea o pensamiento sólo por el mero hecho de que se presenta sin más en nuestro estado consciente. Ahora bien, ¿puedo encontrar pruebas que lo avalen de forma objetiva?, ¿mis emociones se corresponden con la situación que vivo?, ¿cómo me hace sentir pensar así?, ¿para qué o de qué me sirve?, ¿en qué términos lo expreso: como una obligación (debería, tengo que…), generalización, pensamiento todo-nada,..?, ¿estoy siendo extremista en su valoración?,…
Este tipo de cuestiones son las que nos permiten concluir si nos encontramos ante un pensamiento irracional, rígido y nada realista.

7- Lo aprendimos dándolo por válido sin más, sin detenernos a analizar su conveniencia.



                                                                                    Foto: http://gartic.uol.com.br/vinii_/desenho-jogo/pensar


Lo que piensas sobre ti, sobre  los demás y sobre el mundo y la forma en la que lo expreses en tu fuero más interno condiciona en gran medida como te sientes contigo mismo, con los demás y con el mundo;  y cómo es tu conducta con respecto a ti mismo, con respecto a los demás y con respecto al mundo.  

La fuerza del pensamiento no es otra que la de actuar como revulsivo o motor activando unas emociones/sentimientos (y no otros), y unas conductas de entre las que se dispongan en el repertorio conductual. Lo que pienso tiene una relación directa con lo que siento y éste a su vez con cómo actúo (o no actúo). Dicho de otro modo, toda conducta viene precedida por un estado emocional y por pensamientos concretos.

Detectar un pensamiento tóxico, analizarlo y reemplazarlo por otro alternativo que se exprese en términos racionales, que se ajuste a la realidad más objetiva, que nos haga sentir emociones neutras o positivas y que nos ayude a aproximarnos a nuestras metas, es un ejercicio que promueve el estado mental saludable y fortalece nuestros esquemas mentales frente a la "toxicidad". De igual modo, nos prepara para afrontar de forma exitosa las dificultades inherentes al hecho de estar vivo y vivir.


Te invito a que te plantees esta pregunta:
¿Sabes detectar tus pensamientos tóxicos y cómo reemplazarlos? 


Susana Tárrega Verdú